Para ser sincero, todavía no sé ni qué es esto ni adónde me va a llevar. Llevo años queriendo tener un espacio donde compartir mis devaneos, en su mayoría tecnológicos o, como me gusta decir a mí, «cacharreros». Vengo de la época de los blogs y tengo ese espíritu de bloguero que no termina de encajar en las distintas plataformas que he probado durante los últimos años, pero sé que tampoco quiero volver a un blog al (des)uso.
Siempre me ha dado la sensación de que Substack tiene problemas de identidad, de no saber qué quiere ser, como me pasa a mí. Supongo que por eso me atrae. En principio es una plataforma para boletines o newsletters, pero a la vez ofrece un espacio con un profundo aroma de blog, donde puedes incluso alojar un podcast. Por otra parte, no solo tenemos el espacio para comentarios en cada publicación (nuevo guiño a los blogs), sino que nos ofrece la opción adicional de habilitar un chat. Por si fueran pocas opciones, también tenemos una red social a través de las Notas.
No sé muy bien cómo va a evolucionar esto ni qué continuidad tendrá, pero después de años de tener la publicación en borrador he decidido que lo mejor era arrancar y ya nos preocuparemos por ir dándole cierta forma. Por ahora todo es temporal, hasta el propio nombre de la publicación.
Si quieres acompañarme en este viaje, puedes suscribirte a través de Substack o, si te va más el rollo vintage, siempre tienes la opción de seguir esta publicación a través de su feed RSS.